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“...Y PRESENTE DE CURACAO
En Europa, el nombre de
Curacao goza de fama, pero
no como designacin de una
isla sino de un licor, verde o
amarillo, que los mozos en
los cafs de los Campos Eli*
seos en la Ville Lumire sir-
ven a los parroquianos, en
condiciones perfectas. Pero
nadie adivina la relacin que
tan agradable bebida tiene
con una isla, desconocida en
el Viejo Mundo, menos en
Holanda que la conserva co-
mo una de sus colonias allen-
de los mares. Solamente a-
quellos cientificos que leen
la Revista de la Union de
Berna, se convencen, ano
por afio, en la edicin de 15
de enero, de que entre los
miembros de aquella nin
isla se refina el material cru-
de de los yacimientos inago-
tables de Maracaibo.
La historia de la isla for-
ma una parte de la historia
americana. Fu descubier^
Curacao por Alonso de Oje-
da, companero de Cristobal
Coln en su segundo viaje,
el -6 de julio de 1499. Ju-
guete entre las grandes po-
tencias colonizadoras y con-
quistadoras, Curacao ha ex-
perimentado en el curso...”
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