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LA SOMBRA.
Diagolo.
Guarda, padre, ese libro fastidioso,
y raira con cuidado
Cmo mi sombra en la pared iraita
los ge^tos que yo hago.
^Vs cmo brinca cuando brinco, y cmo,
cuando las manos alzo,
alza las suyas, y las cierra y abre,
cuando las cierra y abro?
A ml me da un placer,; oh padre mlol
estarla asi mirando!
Mucho mas que tu libro puedo darte,
inmvil en tu mano.
Conocimlentos iltiles el libro
reporta sin embargo;
Mucho mas que tu sombra puede darte,
tus gestos imitando.
Rapidos van los dlas, y muy pronto
habras, hijo, alcanzado.
Edad menos alegre, mucho menos,
que la que va pasando.
Preguntaras entnces porqu brillan
los mundos del espacio,
Ruedan las olas de lamar, y nacen
las flores en el arbol.
i Dios quiera que a tu mano caiga entnces
un libro bueno y sabio,
Un libro que te diga lo que inquieras,
y no te diga eugano!
Responda pues tu libro a una pregunta
que pienso hace ya rato:
Diga tu libro pues si hablan las sombras
como hablas y como hablo.
Yo me lo creo, por que mientras...”
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