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“...exanime, cuando ya miraba
alborear en rsea lontananza las cla-
ridades de un hermoso porvenir, nil
porvenir que surgfa repleto de ricp.11-
simas promesas.:
Y la patria y las letras perdieron en
l una esperanza, una bella, esplndida
esperanza.
Desde entonces, imo menos en la
cohorte de sus hijos predilectos, uiio
menos en la plyade de los amados de
los dioss.
II
Contadas, muy contadas son las can-
tigas cjue nos lego el joven poeta.
Pero stas han sido suficientes para
darle nombradi'a, no ya solamente en-
tre nosotros, si' que tambin entre mu-
clios perspicuos publicistas de las repu-
hlicas vecinas.
Su niodestia, su humildad, su timidez,
por decirlo asf, le hizo muchas veces...”
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