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“...hermo- sas poesias del malogrado cantor y msico oura- zoleno. Su muerte, acaecida en 1911, a los 57 anos de su edad, dej lamentable vacio en su familia, pues era modelo de esposo, amantisimo padre, y hermano carinoso, habiendo tambien la sociedad perdido en l un verdadero ornato. Re- novemos boy el dolor causado por la eterna des- aparicin del hijo de las musas, escribiendo estos palidos renglones que ban de ir al frente del bbro que guarda las flores de su ingenio. Llano en su trato y pleno de modestia, no parecia poseido de aqueUas bermosa^ facultades que todos en l reconoelan y admiraban, tanto mas, cuanto que no babia disfrutado de estudios aulicos y regulares, y debise su bermosa eleva- cin a esfuerzo de su propio talento. Era coBSEN un temperamento esencialmente artistioo, y asi cultivaba con singular aprovecba- miento el divino arte de la msica, en trminos de que era considerado como uno de nuestros mas aventajados profesores de piano, como se bacia notable por la pleitesia rendida a la...”
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“...De manera qne, al lado de composiciones suyas belsimas por el fondo y por la forma, figuran otras menos dignas de su lira. Senalabase tambin como traductor en verso, vertiendolos, las mas veees, del rico idioma de Vondel a la sonora lengua de Garcilaso, y en mas de una ocasin di forma a sus inspiraciones en el habla del pai's, probando asi que el tan detractado papai- mento capaz es tambin de prestarse a los acor- des de la lira, con excelente resiiltado por lo mucho que ban gustado algunas de sus poeslas en ese dialecto. El presente tomo, en el que el afecto impere- cdero de la familia, y la noble amistad de al- gunos, atentos a reivindiear de las sombras del olvido las poeslas de coesen, las ha reunido casi tdas, merecera sin duda favorable aco- jida de todo el que en su pecho sienta los estlmulos del amor patrio y por ello se complazca en el pstumo tribute rendido al talentoso cura- zolefio y artista amado. CURAQAO 1914. B. A. JESURUN....”
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“...UN MINUO. Aquello no duro sino un instante, mas; cuanta angustia-cabe on un rainuto! Con la vista extraviada, delirante, fija en un foco de pavor y luto, No veo! me dijiste: Solo veo sombra doquiera y nada mas que sombra. Ciega! ciega, mi Dios! oh, no lo cveo! mas si ello es-cierto, esta maldad me asombra. Su existencia una noche! una inflnita noche sin la esperanza de una aurora! Condenada a no ver lo que palpita en el materno vientre y que ella adora! Condenada sin culpa, sin ninguna, porque es un angel, el candor de un lirio, iris de calma, claridad de luna.... Me acomete un acceso de delirio. Oh, T, que en lo coatico dijiste haya luz! y surgi la luz tan bella, .iporqu la h'iciste, para qu la hiciste, si todo vuelve al caos para ella? Senor, si mi palabra es insensata, si no habla mi dolor como conviene, Bobre ml solo tu furor desata! -
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“...ya puede llevar tan pesada cruz. Mi suerte!... no mas sombrfa, cuando desparezca el dia, la negra noche vendra. Mi suerte!... vas a saberla, y ya preveo una perla que en tus ojos brillara. Soy hoja al n'o caida y en la corriente arrastrada. Soy flor del tallo arrancada, que va en el aire perdida, por el aire destrozada. Pajaro que de una rama su caro nido colg, y despus el vuelo alz, y al volver. .. cierzo que brama en sus alas le arrastr. Barquichuela abandonada de las ondas al balumbo, que de un tumbo en otro tumbo, sacudida y empujada, se deja llevar sin rumbo. (iAdnde, ay, adonde van la hoja, la flor, el ave y la combatida nave?...”
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“...dnde reposo hallaran ? ... Dio lo sabe, Dios lo sabe! Ese es mi destine triste. ^Una perla no sentiste desde tus ojos caer? Con un dedo a ella acude, la cabeza sacude, y la haras desparecer. ^Fuiste al consejo sumisa? Prepara era una sonrisa: vas mi deseo a saber. Como en la maiiana ansi'a la planta un rayo solar; y & la hora del medio dia sombra y reposo el zagal; y a la tarde el jornalero busca el sustento frugal; y en la noche el marinero la luz del astro polar; asi mis labios el roce de tu frente angelical, y mi corazn el goce de junto a ti' palpitar. PLEGAEIA. I I Salvala, Santo Dios, y salva el fruto que en su seno senti' bajo mi mano cual onda rebullir. Salva mi corazn de tanto luto...”
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“...Y remisos en soltarla, No tienen, no, tu alegn'a Ni en cogeiia ni en rodaiia. EPISTOLA a E. H. Rmee. Me ensenaste iin volumen qne contiene de Yepez las hermosas poesias, y dijiste que esperas tener pronto un libro igual con producciones mias. (Ay! ni pronto ni tarde, caro amigo, cumplido miraras tu buen deseo; no como dices por mi gran pereza, sino que me conozco y no te creo perdona mi franqueza cuando el mrito ensalzas de mis obras. (iQuiero decir con esto que adivino la risa de tu burla si te oigo hablar de mis estrofas bellas? (iQuiero decir, Ernesto, (jue piensas de otra suerte y que me enganas? Digo tan solo que tu afecto en ellas halla bellezas que les son extranas.
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“...i. y otros uil libro hojean laminas viendo, y otros se paseaii bostezan en ciuoda poltrona. Canto por distraccion, y mnchas veces principio cantos que jamas concluyo, a veces obras comenzadas pierdo, y al quererlas rehacer no las recuerdo, sin que este amigo tuyo sienta un instante la menor dolencia, ni se arrugue su frente pensativa por el tiempo perdido y la carencia de mas potente fuerza retentiva. jSi vieras cuantas veces mis papeles van al poder de mi festiva prole! Los ninos son crueles con las cosas que facilmente quiebran: i cbn qu placer celebran, qu soberbio aliciente da a su juego la conversion de un pliego cuajadito de frases cadenciosas, en mas de mil aiiicos que salen de las manos de los chicos, y vuelan como blancas mariposas! iQaantas veces tambin, en el instante en que trazando en el papel la pluma, va lo que dicta inspiracin brillante, Carlota se me acerca y balbuciente, con la punta del indice en la boca, me pide no s qu para sus brazos, sus pis, sus dedos su frente;...”
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“...sueno amigo. La noche al cabo llega y en los candidos rayos de su luna en densa sorabra el universe anega: el viento calla, el mar esta en reposo, durmieron los afanes de un dia fatigoso, y callan y reposan tierra y cielos, y reposan y callan mis chicuelos. ;Qu hermosos cantos a mi rante ahora esta quietud universal inspira! A mis trmulas manos ven! oh Lira! animate, respira con vibracin sonora. Un himno al Sol, que volvera manana, o de la noche al silencioso arcane, mejor a la fuerza soberana, ante quien noche y sol y cuanto existe no es mas que polvo vano que tiembla y se levanta en remolino donde su planta posa el Ser Divino. Ven, Lira, y mientras del fecundo lecho mi tierna esposa la mitad ocupa.... ,iPorqu suspiras, palpitante pecho? ^Qu nueva idea mi razn preocupa? Subir a veria, si,. mas, ^ no es su paso ese que en un peldano carcomido alza tan leve ruido? Tard en subir a veria y ella baja, y aunque en hablar primero yo me compeno, como siempre el delito es balbuciente, an no hallo...”
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“...Yo miro entonces lo que tengo escrito, y vindolo pregntome contrito: (iVale esto acaso que la deje sola? vale esta estrofa insustancial y frla que tanto rato quede en noche oscura de nuestro lecho la mitad vaci'a? y tomo con presura el brazo que me da mi companera, y me dejo guiar en la escalera. I Hago bien ? hago mal ? Lo ignoro, Ernesto; mas no s proceder de otra manera: y ya ves si es diflcil que muy presto tengas junto al volumen que contiene de Yepez las hermosas poesi'as, un libro igual-con producciones mi'as. 1885. MADRIGAL. Paso la noche umbn'a, y una raya de luz en el Oriente anuncia la ascencin del sol fulgente. Mas no te he visto an, y no ha pasado para ml todavia la noche del dolor rauda y sombn'a. La planta y yo lloramos en la noche, y an de sus hojas rueda y de mis ojos quien decirlo pueda, Mas ya el sol seca de la planta el llanto, aparece, oh sol mi'o! y enjuga de mis ojos el roci'o. 1885....”
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“...12 A UN AVE. Se me antoja muchas veces Que CLiando rapida subes. Llevas contigo a las nubes Nuestros suspires y preces; Que alia impacientes te aguardan Blondes angeles del dele Que promesas de consuelo Sobre sus alitas guardan ; Que llegas, y ellos te quitan Risuenos la carga amarga, Y en cambio su dulce carga En tus alas depositan ; Que de esta suerte cumplidas Su misin y tu misin, Entonais grata cancin Con las alas ya tendidas, Y ellos llevan a los cielos Ayes de dolor profundo, Y tu regresas al mundo Con celesLiales consuelos. 1885. MIS HIJOS Y MIS SUENOS. Tengo mis hijos, son mi dicha ellos, Sea mi suerte adversa no me importa. Los miro alegres y los miro hellos, Y esto en la adversa suerte me conforta....”
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“...manana. Tal vez sus plantas pisaran abrojos, Tal vez Fortuna les reira galana. Pero siempre en mis suenos los percibo De hermosa luz la frente circundada; Por eso cuando sueno es cuando vivo, A^ida que les deseo descansada. A^osotros, suenos del cerebro mio, Vosotros, liijos de la carne mi'a, jCuan bellos sois! y como en el sombrio Cielo explendei's de mi existencia umbn'a! No de otra suerte a veces, cuando hunde Su disco el sol en el confin lejano, Bermeja luz que entre la sombra cunde, Ofrece un espectaculo galano. Sin esa luz pavor la tarcle diera, Sin sol ya, sin estrellas todavi'a: Tal sin vosotros mi existencia fuera, Tal sin vosotros que la luz sois mia. 1884. MI FRIMERA CANA. A Ml Esposa. ^A qu arrancar con amorosa mauo de mi cabeza la primera cana si tendras otra que arrancar manana y tanto empeilo diligente es vano?...”
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“...ver sin canas mi cabeza. Mas si insistes, porflada, tanto en ello arranca, arranca, y; oh fatal proeza! me dejaras sin cana.... y sin cabello. OH, MADRE! Pobre madre mi'a, ^donde estas ahora? oyes todavia cmo se te Hora ? ^Una llamarada, una polvareda fu tu vida, y nada, nada de ti queda? ^Muda invisible flotas en el viento, tal vez insensible a nuestro lamento? Lo que ha sucedido suceder debia; pero te he perdido, pobre madre mia! Nada se. Lo ignore y no lo escudriho; pero lloro, lloro como Hora un niho. Soy esposo; padre; s sufrir, mas nada te reemplaza, oh madre, oh mi madre amada!...”
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“...15 Expir dulce y sosegadamente cual se esparce un perfume en elambiente. Muerta ya, conserve mi viejecilla ese aire de bondad suave y sencilla. Pero cuan blanca, oh Dios, y cuan callada, y cuan inmcjvil, oh mi madre amada ! Su desaparicin, aunque infinita, no da el dolor que desespera y grita; sino un dolor como ella dulce y santo, una tristeza que se esparce en llanto. La veo an las veces que deseo, porque cierro los ojos y la veo; y en mis sentidos a su aspecto flota una esperanza de una aurora ignota. Diciembre 1907. A MI PADRE EN SU AFLICCION. (iQuin es aquel que con rugosa frente La vista clava en esa urna y gime? ^Quin es aquel que en ademan doliente Los dedos tuerce, el respirar comprim? Ay! es mi padre a quin la muerte roba La que Ie diera de su sangre vida! Es l, es l que en la postrera alcoba Su madre viene a coutemplar dormida! Despojos fn'os que sereis manana Por siempre hundidos en pesada tumba, (Qu sois vosotros sino ruina vana De arbol que airado el huracan derrumba?...”
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“...En dulce union viviendo. La esposa y el esposo, Es facil ser dichoso! No pido un imposible Al cielo pues, si pido Qne el lazo hoy contraido Sea feliz'Cadena, Y que la mar serena Te arrulle y apacible: No pido un imposible. Si un dia me dijeres: La dicha es sueno vano Del triste ser humano, Oh dia pesaroso! Mas yo ser dichoso Cual hoy dichosa eres, Si un dia me dijeres: Ah! yo no he sido incauta Cumpliendo mi deseo: Del mar del himeneo Las tempestades fieras Son rafagas ligeras Si en Dios confia el nauta. Ah! yo no he sido incauta. Valor, oh Carolina! y el rostro vuelto al cielo: O en busca de consuelo, O en gratitud banada Por dadiva alcanzada De la bondad divina Valor, oh Carolina! 1884....”
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“...19 DIOS. Un Dios que no es amor, porque en su seno No hallara premio la virtue! opresa; Un Dios que no es poder, pues fuerza expresa Del azar el espacio de orbes lleno. Un Dios que no es justicia, porque el bueno Y el male acabaran dentro la huesa; Un Dios que no es verdad, porque ella ingresa Tan solo de la ciencia en el terrene. Tal aborainacin la extraviada Razon del librepensador inventa De su soberbia en el siniestro abismo. Justicia, Amor, Poder, Verdad nada! Niega a tu Dios; si eso te amedrenta Postrate al pie del Dios del Cristianismo. 1880. EL INCENDIO DE COLON. No fue celeste encono desatado Sobre la tierra impi'a. En las obras de Dios, en los terribles Destellos de su ira: En las furias soberbias de los vientos Y de la mar bravi'a, En las avidas grietas en que se abre La tierra estremecida, En las lavas volcanicas que arropan Las comarcas vecinas, En las rojas serpientes que en el cielo Flamean fugitivas...”
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“...Y el ronco grito con que lanza el yugo La atmsfera oprimida, Se enlaza lo sublime a lo espantoso. i Oh Colon! un bosque de llama inaccesible, Y humareda que asfixia, Y luego una llanura silenciosa De nieve blanca y fn'a. Hay grandeza en el crimen de Moscovia Que arde y heroica grita: [Antes que esclava ruin, cadaver libre! ,iCual fue el grito, Colon, de tu agonia? Lo murmuran las trmulas raujeres Que vagan fugitivas Sin teraplo, sin alcoba, sin techumbre. Sin luz en noche umbn'a, Livido el rostro, inquieta la mirada, Hambrientas y mendigas. Lo dice el aire ftido que esparcen Las insepultas vi'ctimas. Lo repiten tus miseros escombros Y el humo que respiras. Fugaz y dbil y nico vestigio De tu pasada vida; Lgubre huella del...”
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“...sera el rai'o! y mi sonrisa en breve se apagaba. Absorto asi' en sombn'os pensamientos, llegu, sin advertirla hasta ese instante, junto a una nina, que, en el suelo hincada, cubrla con las manos el semblante. Pens alejarme; pero alz la joven, al ruido de mis pasos, la cabeza .... iQu rostro aqul, Dios mlo! y crao pude no ver grabada en l honda tristeza! Sin duda fue porque el fulgor bermejo del postrer rayo en esa faz cala, pintando alegre y voluptuosamente hojas de rosas en la nieve frla. Sent! un primer febricitante impulse; mas pronto huy del firmamento vasto el rosicler crepuscular, y extinto qued tambin el pensamiento incasto. Entonces vl la palidez profunda de aquella faz, muy bella todavla, pero que ya no hablaba a los sentidos, que no entienden la voz de la agonia. Ella crey, que me obstruia el paso, se puso en pi, y con voz casi apagada, as! me dijo. ^Viene usted sin duda a rezar en la tumba de su amada? Norespond!no he amado todavia. La niha me mir de extrana suerte: quiza no comprendi...”
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“...nadie siente arder la gota que de mis ojos resbala; pero ^quin no me seiala con el dedo y no me azota con la lengua? ;Yo soy mala! Y no es desgracia la mi'a, no es desgracia, que es delito. En vano me precipito con delirante agom'a al pi del Leno bendito: sordo a mi voz y plegaria como la tierra es el cielo: nunca un rayo de consuelo penetra la funeraria noche de mi amargo duelo. Yo soy como a quien oprimen los grillos del despotisme el hambre del ostracisme: no haber triunfado es un crimen, y mi crimen es el mismo. Mas para aqul todavia tiene la suerte mudanza, y aunque ilusoria, Ie alcanza la lumbre de mejor dia; para mi no hay esperanza. En la lucha desigual lo he perdido todo, todo: me tendi como a beodo extravio cerebral, y he despertado en el lodo........ Habis con la ley cumplido, me habis la piedra arrojado; ;ah! mas ^habis preguntado, al saber que he sucumbido, si con valor he luchado?...”
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“...[No! mil veces no, mujer! la que lucha con valor, VENCE en la lid del honor; MUEEE, que es tambin veneer; NO SE EINDE un vencedor. 1886. LAID AH. Albricias! albricias! grita la nodriza alborozada, y como una enagenada al salon se precipita, donde la hermosa Laidah arranca al piano sonoro tonos tristes como el lloro de amante que ausente esta. Los dedos de nieve y rosa se retiran del teclado, y con acento agitado pregunta Laidah la hermosa: Buena Marta
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“...ebre lo que me abrasa? tiemblo de Mo quiza? Es esperanza temor lo que mi cerebro agita? y mi corazn palpita de placer de dolor? Dij o Marta .... nada dijo .... tan solo albricias pidi .... tal vez me equivoco yo, y sin motivo me aflijo .. .. Y se dirige a la anciana que Hora an como un nino, y Ie dice con carino: ^Cierto que soy muy villana? tratarte de tal manera CLiando me pides albricias, y me colrnas de caricias como una madre lo hiciera! An me abrazas, an me besas, te maltrato y an me quieres... muy buena sin duda eres! mas... qu albricias eran esas? Marta se enjuga los ojos con el revs de la mano y un esfuerzo, pero vano, iiace por mostrar enojos. Demasiado largamente la buena anciana ha callado; y el verbo, al tin desatado....”